Cuando le toca baño al osito Carlos, mi hija lo pasa fatal. Y yo no puedo evitar reírme.
“Esto no es de risa, ¿eh?”, me dice enfadada. Y se sienta delante de la lavadora para darle apoyo moral
“tranquilo Carlitos, enseguida sales, no tengas miedo, que no pasa nada”.
2 comments:
Que foto tan tierna y ... triste!!
Me da una pena del pobre osito ...Pero es inevitable, de vez en cuando toca un lavado ! jejeje
noo poor little bear!
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